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CAMPO
de CONCENTRACIÓN
MIRANDA de EBRO

1937-1947

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CREACIÓN DE
CAMPOS EN ESPAÑA

Contexto

El BOE de fecha 5 de julio de 1937 publicaba una orden de la Secretaría de Guerra para la creación de Campos de Concentración de Prisioneros:

«S.E. el Generalísimo de los ejércitos nacionales ha dispuesto la constitución de una Comisión que, previos los asesoramientos necesarios y con la máxima urgencia, proceda a la creación de los Campos de Concentración de prisioneros, designando para presidirla, y como Jefe de ese servicio, al Sr. Coronel D. Luis Martín Pinillos y Blanco de Bustamante, que cesa en el cargo de Gobernador Militar de Cáceres”.

La organización y la puesta en funcionamiento de los campos de concentración se realizó siguiendo el modelo alemán. En noviembre de 1936, Paul Winzer, miembro de la Gestapo y de las SS es enviado a España para supervisar la instalación de los campos en todo el territorio ocupado por el mal llamado Bando Nacional.

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ORIGEN DEL
CAMPO DE MIRANDA

1937

El Campo de Concentración de Miranda de Ebro se creó en el año 1937. La ubicación geográfica y sus excelentes comunicaciones hicieron de la ciudad un lugar idóneo para albergar el campo.

Se construyó en el paraje conocido como «La Hoyada», en un terreno perteneciente a la empresa Sulfatos españoles, colindante con la línea ferroviaria Castejón Bilbao y el río Bayas. Inicialmente, se empezó a construir con materiales pertenecientes al Circo Corzana almacenados en Miranda desde el inicio de la Guerra Civil que fueron requisados por las autoridades militares.

El Campo de Concentración de Miranda estuvo operativo entre junio de 1937 y enero de 1947, siendo el más longevo de España. Llegó a albergar a más de 60.000 prisioneros de diversas nacionalidades en las diferentes etapas.

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GUERRA CIVIL:
PRISIONEROS REPUBLICANOS

1937-1940

En su primera etapa se utilizó como campo para prisioneros republicanos.

Con la toma de Bilbao por el ejército franquista aumentó considerablemente el número de prisioneros republicanos. Muchos de ellos fueron trasladados a Miranda y conducidos, en un primer momento, a la plaza de toros y enviados durante varios días a la Fábrica Azucarera Leopoldo antes de recluirlos definitivamente en el campo.

La situación de los presos era extremadamente cruel, fueron castigados y torturados, carecían de los servicios más básicos, malas condiciones higiénicas, ausencia de letrinas y agua corriente. La capacidad del campo estaba cifrada en unas 1500 personas, pero pronto se excedió ese límite, lo que deterioró aún más las condiciones de vida de esos hombres que fueron privados de su libertad por defender la República.

Los prisioneros españoles fueron paulatinamente trasladados a prisiones civiles o a batallones disciplinarios, dejando el campo en 1941.

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II GUERRA MUNDIAL:
PRISIONEROS DEL BANDO ALIADO

1940-1944

Con el estallido de la II Guerra Mundial se une segunda etapa de prisioneros en el Campo de Concentración de Miranda de Ebro.

A partir de esta fecha, los prisioneros fueron básicamente extranjeros de los Países Aliados que huían del avance alemán y que fueron capturados o aquellos que habían pertenecido a las Brigadas Internacionales.

Desde 1940, como consecuencia del avance de las tropas alemanas sobre el escenario europeo, refugiados y prisioneros evadidos buscaron la vía española de salida hacia Portugal o Gibraltar, para trasladarse hacia países de América, Inglaterra o territorios coloniales africanos. Esos refugiados y prisioneros de guerra fugados de los campos de concentración europeos o norteafricanos, apátridas, antiguos combatientes de los países beligerantes o refugiados civiles, tras ser detenidos en España, eran intemados de manera sistemática en Miranda y en otros Depósitos.

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II GUERRA MUNDIAL:
PRISIONEROS ALEMANES

1944-1947

En 1944 comienza la tercera etapa del campo en la que los intemados eran oficiales y soldados alemanes, además de colaboracionistas que desertaban buscando refugio tras el hundimiento del Nazismo. A diferencia del resto de prisioneros, los germanos gozaron de un trato benévolo, llegando incluso a contar con permiso para pasear por la ciudad.

Con la liberación del sur de Francia, en agosto de 1944, se puso fin a la influencia alemana en la dirección del campo y se inició esta tercera etapa; las tropas nazis de la frontera franco-española pasaron a España y fueron internados en Miranda de Ebro. También llegaron a Miranda prisioneros de guerra alemanes evadidos de campos de concentración franceses.

Como Unidad Disciplinaria, el Campo o Depósito de Miranda funcionaría hasta febrero de 1947, siendo asunto del Ministerio del Ejército (Ejército de Tierra) la custodia de sus prisioneros y refugiados, su régimen interior y las normas de ingreso y libertad, en colaboración con los Ministerios de Asuntos Exteriores y el de Gobernación.

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RESTOS
DEL CAMPO

1947-Actualidad

En la década de los 50 fueron destruidas todas las edificaciones del campo para instalar allí un complejo fabril. Sin embargo, aún se conservan pequeños restos que nos recuerdan su existencia: el depósito de aguas, el lavadero, la base de la torre de vigilancia, restos del muro de cierre perimetral y de un pequeño edificio (caseta de guardias). Todos ellos han sido incluidos como Bienes Protegidos del Plan General de Ordenación Urbana.

La apertura del Centro de Interpretación y la creación del Jardín de la Memoria en las instalaciones del Centro Cívico han supuesto el reconocimiento hacia todos aquellos que sufrieron prisión por defender la libertad.